Hay días que intentamos regresar, pero parece más fácil quedarnos donde el cansancio nos puso, donde no alcanza el deseo y es como si las palabras, que a veces tienen alas como tu nombre, no pudieran alcanzarnos.
Así que si me ves hoy rodeada de toda esta tristeza, tráeme el mar.
El mar donde sea que tengas que buscarlo.
Es la sarcástica historia de mi vida, obviamente no dudaría en llevarte el mar hasta la avenida de la playa, pero no podría acompañarte el salado mar lástima mis heridas, un agonizante calor me sofoca como la antesala al infierno. La naturaleza es aún más sarcástica y dramatica, nuestro escenario perfecto yo observándote desde la sierra nevada mientras tú te abrigada el los brazos de las olas, la marea en cada instante me aleja más de vos.
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