domingo

Mientras te encuentro

Cuesta tanto unir retazos de otras vidas con otras vidas anteriores, para que al final quede sólo otro poema mas con el borde roto y un par de ventanas encendidas,con tendencia a la melancolía. (No se que hacer con un poema melancólico) tampoco sabré qué hacer con las manos, me morderé el labio inferior cuando me mires mucho rato, seré incapaz de dejar los pies quietos en algún momento del día, seré incapaz también quizá de pedir perdón cuando tengas un mal día, perdón por no sentirte siempre, perdón si me dejo contagiar un poco con las penas de la vida.
Pero si tú supieras cuánto cuesta hallar las palabras del color de tu voz, que rimen con luz, con silencio, que permanezcan siempre donde sean oídas como sólo tú sabes oír, palabras capaces de pintar el cielo azul en un descuido, palabras que sólo tú puedas tocar, deshacer, que sirvan para hacerte libre, lejos de todas mis manías, un poema eterno que quepa en los zapatos. Cómo voy a escribir un poema que huela a ti, que ría como tú ríes, que sepa decir cada palabra igual que tú, mordiéndola con valentía, poniéndole alas.
Hoy, qué más da. Seguiré apretando los dientes para sostener la sonrisa, y mañana me recordarás sin duda por todo lo que nunca fui (La discreción es un vicio caro, y hoy acabé por darme cuenta) estamos en la tercera página de un Domingo lento, que se escurre por el asfalto, es Febrero, mes amable, y sólo quedan las aceras húmedas con charcos grandes que esquivar mientras te encuentro.

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